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Meta-morphé*

  • A. Omar Martínez Alonso
  • 25 ago 2016
  • 2 Min. de lectura

Cambiamos de amigos, cambiamos relaciones y cambiamos aquellas ideas y pensamientos que en algún momento de nuestras vidas creímos impermutables pero que se convierten en vulnerables.

Vivimos cambiantes, cambiamos de escuela y pasamos por ciclos selectivos, cambiamos de casa y cambiamos de vida.

Nunca seremos el reflejo de aquellos pensamientos vetustos, pues viajamos constantes a través de la transformación.

“Our hearts are coral reefs in low tide

Love is the ocean we crave

Restlessly turning around and around

I am dancing towards transformation”**


Estoy seguro que la persona que está leyendo o escuchando esto, es una imagen completamente distinta a aquel niño(a) que temía todas las noches por su vida al quedarse en su habitación con un monstruo bajo su cama. Pero… ¿Qué monstruo querría vivir debajo de una cama? -Supongo que el monstruo se aburrió de coexistir entre legos*** y decidió cambiar de vida.


Ahora hemos cambiado de planes y cambiamos ideas sobre la vida universitaria. Cambiamos tan extrañamente que a veces cada pequeño movimiento nos es doloroso, pensemos en el fin de una relación amorosa.


Reflexionemos un crucigrama. -Sí, tenemos una variación enorme de preguntas que podemos plasmar sobre una grilla repleta de celdas en donde estratégicamente tendremos que crear una respuesta inmediata.

Ahora cerremos los ojos e imaginemos que nosotros somos un gigantesco crucigrama, con infinitas preguntas e infinidad de celdas cuyas respuestas entrarán en transformación constante y algunas otras serán permanentes.


Hemos escuchado todas nuestras historias, cada momento, cada tropiezo, cada alegría y hemos saboreado cada dulce y amargo recuerdo.


Es momento de regresar al ejemplo del crucigrama.

Tenemos cinco celdas en donde cabe la respuesta E-N-O-J-O y cinco en M-I-E-D-O, tres celdas para la I-R-A, mientras que en ocho celdas habita la S-O-B-E-R-B-I-A.

Tendremos que invocar al rey de las renovaciones para poder ser un mejor conjunto de sistemas, ya que dentro de nuestro crucigrama mental no deberían existir palabras como la Ira, pues la palabra Paz ocupa el mismo número de celdas, la palabra Soberbia puede ser reemplazada por Humildad, el Valor puede aplastar al Miedo y como primordial, la palabra Amor tendrá que renovar a la palabra Odio.


Ese es el cambio más grande, el cambio que nos hace trascender.


*Metamorfosis **Atom Dance, 8:09. Björk Guðmundsdóttir, Oddný Eir Ævarsdóttir. Vulnicura, 2015.

***Bloques de plástico interconectables.



 
 
 

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